American Horror Story es…¿Desconcertante?

El pasado miércoles 5 de octubre se estrenó (al menos en los EE.UU., a la Argentina llega por FOX en noviembre) la nueva serie de horror creada por Brad Falchuk y Ryan Murphy, conocidos especialmente por ser los creadores de Glee. La dirección está a cargo de Murphy y cuenta con un elenco compuesto por Connie Britton (Tamy Taylor, esposa del coach en Friday Night lights), Dylan McDermottTaissa Farmiga y Evan Peters (Criminal minds, Kick ass), entre otros. 

La trama sigue a la la familia Harmon compuesta por el matrimonio de Vivien y Ben y su hija Violet. Los tres atraviesan una situación emocional quebradiza, pues Vivien sufrió un aborto espontáneo seguido por una larga depresión que tocó fondo cuando descubre a su marido engañándola con una estudiante. Como desean darse un «nuevo comienzo», deciden mudarse y escogen (de la forma menos acertada posible) como nuevo hogar una casa en la que ningún ser humano medianamente cuerdo viviría. Si si, es preciosa y todo, estilo victoriano y bla bla bla, pero ha sido escenario de varios crímenes, desapariciones y asesinatos. A favor de la familia, la vendedora de bienes raíces sólo les cuenta del último homicidio-suicidio ocurrido en la casa, pues parece que los anteriores ocupantes, una pareja homosexual, tenían «problemas domésticos».  

A partir de este momento, quienes no deseen ningún spoiler deberían dejar de leer. 

Vivien no logra perdonar a su esposo por mucho que lo intente. Ben es psiquiatra y abre un miniconsultorio en la casa. Hasta aquí todo va normal, pero empiezan a aparecer cosas que te dejan una gran expresión de WTF en la cara: Contratan una mucama que, a los ojos de todos es una anciana con heterocromia que no parece muy capaz de levantar un lampazo, pero a los ojos de Ben es una pelirroja infartante de veintipocos que anda circulando por la casa ofreciéndole servicios más… personales. La vecina más cercana de los Harmon tiene toda la pinta de ser una bruja moderna, y su hija que padece síndrome de Down (una Becky en versión castaña) es sencillamente aterradora, pues anda infiltrándose en la casa por donde puede y diciéndole a los miembros de la familia que van a morir. 

De a poco, la poca cordura que parecían tener los protagonistas se va despedazando. Violet tiene serios problemas (del tipo que requieren psiquiatra urgente) y comienza a trabar amistad con un paciente de su padre que tiene más problemas mentales que ella y debería quedar encerrado entre paredes acolchadas de por vida. Parece que el chico, además de sus sueños homicidas, no sólo ve fantasmas sino que tiene cierto poder sobre ellos. Ben comienza a caminar sonámbulo y recibe una visita al final de episodio que da ciertas pistas acerca de qué está sucediendo. Y Vivien… Bueno, digamos que también recibe una visita de lo que supongo será un íncubo (sí, un íncubo, esos seres que se meten en tu cama simulando ser tu novio/marido para dejarte encinta…). Todo esto entre varias cosas flasheras más que no deseo estropear, pero que se resumen en que la casa está EXTREMADAMENTE MALDITA.

En fin, la serie está poblada de demasiadas cosas sobrenaturales, algunas de las cuales ni siquiera entendí pero que me engancharon para ver algunos capítulos más. No es mala, tampoco genial, pero dentro de este género no hay muchas series, pues en su mayoría son comedias y puedo asegurar que American Horror Story sólo te puede hacer reír por ciertas apariciones que rayan más lo hilarante que el miedo. Aún así, creo que vale la pena darle una oportunidad en esas noches en que tenemos ganas de quedar un poco perturbados con un algo de horror a la antigua.